Medicina estética

Láseres y arrugas

¿Cómo se forma la piel y por qué envejece? La piel está formada por varios elementos entre los que se encuentran la epidermis y la dermis: la primera realiza una función protectora del organismo mientras que el segundo sostiene la epidermis y es responsable del tono de la piel. La estructura compacta de la dermis se debe a la presencia de fibras de colágeno y fibras elásticas, cuya pérdida es uno de los principales factores del envejecimiento.

La acción combinada de factores internos y externos determina la aparición de las arrugas.

Los factores internos están relacionados con el proceso normal de envejecimiento de nuestros tejidos y con condiciones patológicas, que progresivamente conducen al endurecimiento (queratinización) de la epidermis, relajación de la dermis, hipotonía de los grupos musculares “mímicos” y disminución de la hidratación.

Además, a medida que pasa el tiempo, la renovación celular en la epidermis se vuelve cada vez más difícil ya que la zona más externa (estrato córneo) se vuelve más seca y gruesa, lo que dificulta la vida de las células; al mismo tiempo la dermis y los tejidos profundos del rostro (incluidas la fascia y los músculos faciales) se relajan, provocando una pérdida de tono y la progresiva acentuación de las arrugas. Además, la progresiva pérdida de eficacia de la microcirculación cutánea no permite un perfecto riego sanguíneo a las capas más externas de la piel.

Los agentes externos capaces de actuar negativamente sobre la piel, como la exposición excesiva al sol, el calor, agentes químicos, smog, etc., aceleran el proceso de envejecimiento.

Por este motivo, para frenar el proceso de envejecimiento de la piel es importante combatir la progresiva acentuación de las arrugas bebiendo mucha agua y masajeando las zonas más marcadas con cremas hidratantes que aumenten su tono y elasticidad; También es importante la nutrición y sobre todo la ingesta de grasas, si las arrugas ya están en un estado avanzado los resultados más efectivos se obtienen únicamente a través de la medicina estética y la cirugía plástica estética.

Los láseres específicos disponibles son de dos tipos: láseres de CO2 y láseres de Erbium. Los láseres más innovadores son los llamados “láseres fraccionados”, que combinan una mayor facilidad de manejo con una mayor seguridad y una recuperación significativamente más rápida en comparación con los láseres tradicionales.

Ambos le permiten eliminar las capas de piel dañadas, suavizar las arrugas y cicatrices, eliminar las imperfecciones de la piel.

Antes del tratamiento es necesario preparar la piel con cremas especiales; El día anterior al tratamiento, para prevenir posibles infecciones, se deben tomar comprimidos antiherpes y antibióticos.

El láser de CO2 actúa vaporizando los tejidos; es ideal en casos de piel muy dañada y poco elástica. De hecho, no sólo elimina las capas más superficiales sino que también es capaz de provocar una importante contracción de las fibras colágenas y elásticas presentes en la dermis y por tanto hacer que la piel esté mucho más tonificada (“efecto lifting”). Se ha demostrado que un solo tratamiento estimula una producción muy abundante de colágeno durante años. Otra ventaja del láser es la seguridad de que las zonas a tratar siempre estarán “niveladas” con el espesor deseado, nada se deja al azar. Por otro lado, el postoperatorio es bastante exigente y el enrojecimiento resultante dura mucho tiempo (unos 3 meses).

El láser de Erbio, en cambio, es mucho más delicado que el de CO2; actúa provocando microexplosiones (fotoablación) de las células superficiales de la piel y, a diferencia del CO2, no sobrecalienta las capas más profundas de la dermis. Esto determina un postoperatorio mucho más rápido, un enrojecimiento más limitado en el tiempo pero también un resultado ligeramente inferior; Por tanto, está especialmente indicado para refrescar el rostro y eliminar las arrugas más superficiales. Una vez completada la curación, el aspecto de la piel cambia significativamente: piel nueva, fresca, rosada, delicada y aterciopelada; las arrugas se atenúan mucho, a menudo desaparecen, la textura de la piel es suave y la consistencia aumenta decididamente. Si tienes intención de someterte a un rejuvenecimiento con láser, planifica 5/7 días fuera de tus actividades (estarás demasiado rojo para salir) y solo a partir del 5º día podrás maquillarte.

Si las arrugas a eliminar están localizadas, es suficiente la anestesia local (con una duración aproximada de 20/40 minutos); si es necesario tratar todo el rostro, es preferible recurrir a la sedación profunda (40 minutos de cirugía de hospital de día).

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