Cirugía plástica reconstructiva

Nevos y melanoma

Los lunares se deben a un aumento en la cantidad de melanocitos en la piel. Los lunares pueden ser congénitos, es decir, estar presentes desde el nacimiento, o adquiridos, es decir, surgir más tarde. No deben confundirse con el lentigo (mancha solar o mancha de la edad) porque éste se debe a una hiperfunción de los melanocitos, estimulada por una exposición excesiva al sol. Los lunares pueden tener diferentes formas y colores y pueden surgir tanto en la piel como en las mucosas. Hay lunares benignos y lunares atípicos.

Los lunares son “peligrosos” cuando son atípicos, es decir, cuando pueden simular un melanoma. Las características clínicas, en algunos casos, pueden no ser claras incluso para el dermatólogo más experimentado, y a veces es necesario recurrir a la extirpación del lunar atípico con un examen histológico para mayor seguridad.

A diferencia de un lunar, incluso de un lunar atípico, el melanoma es un tumor maligno que se origina en los melanocitos. Puede surgir como tal o tener origen en un lunar preexistente. La exposición al sol y la predisposición genética son factores muy importantes en la génesis del melanoma. Hay personas con riesgo: aquellos con piel clara (fototipo I-II), con muchos lunares en el cuerpo o con lunares atípicos y antecedentes familiares positivos de melanoma. Obviamente, la exposición excesiva e incorrecta al sol también constituye un riesgo.

Se se tienen características que los convierten en “casos de riesgo”, entonces es indispensable contar con una buena protección solar para proteger la piel de los daños causados por los rayos UV y realizar controles periódicos con un especialista, quien llevará a cabo una visita clínica y exámenes instrumentales como la epiluminiscencia en videodermatoscopia.

Los lunares que generalmente deben ser controlados son aquellos PLANOS (no sobresalen de la superficie cutánea). Una excelente regla a seguir para los pacientes es la del ABCDE:

A: ¿Aspecto de la lesión, ¿ha cambiado con el tiempo? = consulta B: Bordes: ¿son irregulares, dentados? = consulta C: Color: ¿ha cambiado con el tiempo? ¿presencia de dos o más colores con el tiempo? = consulta D: Dimensiones: ¿El lunar plano se agranda > 6 mm? = consulta E: Evolución o elevación (aumento y engrosamiento) = consulta

Con estas reglas simples, es posible realizar un primer screening para evaluar la salud de los lunares y detectar posibles signos de preocupación.

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